El acoso laboral supone la intromisión por parte de otros empleados en el bienestar laboral de un tercero o terceros. En este sentido, el mobing laboral, como también se conoce, afecta a personas de toda clase y condición en el colectivo empresarial de nuestro país. Hay veces en las que las razones son de tipo personal, pero en otras tiene que ver con la propia dinámica de trabajo.
Tal como sostendría cualquier abogado de acoso laboral, solo cabe una actuación por tu parte que pueda mejorar el ambiente del que disfrutas en tu lugar de trabajo. Se trata de interponer una demanda laboral denunciando las acciones vejatorias de las que has sido objeto. Sin embargo, muchos trabajadores y trabajadoras en la misma situación no conocen el proceso que deben seguir; en el próximo apartado nos ocupamos de esclarecerlo.
¿Puede presentarse una demanda laboral de acoso? ¿Cómo se hace?
El trabajador, en calidad de demandante, debe demostrar que, efectivamente, está siendo objeto de acoso. Si la empresa es el ente opresor, deberá tratar de justificar sus malas intenciones y las posibles desviaciones al marco contractual firmado.
Así, lo primero será dotarse de pruebas y reunir posibles testigos que den fe del acoso ante un juez. No obstante, esto suele ser difícil debido al miedo al despido de otros trabajadores que, aunque se sientan posicionados de parte del demandante, tienen las manos atadas por el miedo a represalias o acciones de presión por parte de la empresa en cuestión.
La importancia de este material probatorio está fuera de toda duda. Puesto que la presunción de inocencia siempre está presente en un proceso legal, deberá ser la persona que sufre acoso la encargada, con ayuda de su representante legal, de preparar una defensa basada en documentos o testimonios fehacientes.
Documentos que pueden reflejar la existencia de mobing laboral
En este caso, podemos decir que cualquier documento que contenga indicaciones abusivas, insultos o exhortaciones de mala fe puede considerarse una prueba de la existencia de acoso o mobing laboral en toda regla.
De este modo, los correos electrónicos, las circulares por escrito y los comentarios en algún foro digital interno de la empresa son soportes siempre admitidos en un juicio. Asimismo, la falta de respuesta también puede resultar probatoria, ya que estaría corroborando la falta de comunicación con una jerarquía que se comporta con indiferencia ante las iniciativas del trabajador.
En definitiva, el acoso laboral debe atajarse desde un principio. Si estás en una situación de este tipo, no dudes en buscar un abogado laboralista para evitar el desamparo por parte de la jerarquía que impera en tu compañía. Al fin y cabo, bastante duro es cumplir con las obligaciones propias del cargo como para preocuparte por los factores humanos que sesgan su desempeño.